carta de amor al gato

pienso en el gato. que se leyó cada post que hice en mi blog y me comentó en cada uno. 

me escribió muchas cosas, una de las que me dijo fue que nosotras no somos buenas dándonos regalos a la otra, porque nada es suficiente para nosotras, para nuestra relación. porque ella está en todos los lugares de mi vida, y es difícil pensar en un regalo, porque nada es demasiado, entonces nada es suficiente.

después me dijo que no entiende cómo ellas se han vuelto mis hermanas. y me refiero hermanas en que ya nos conocemos los hábitos, ya sabemos cómo y cuándo tratarnos. tenemos claro cómo decirnos las cosas y los hábitos que nos gustan y nos molestan de las otras. nos conocemos sobre todo por convivencia, nos regañamos como si nos conocieramos de toda la vida y nos guste o no, nos toca ser sinceras, porque con la convivencia casi que forzada, de nada sirve guardarnos las cosas, mejor que salgan antes de dejarlas marinarse. es lo que la mayoría de la gente entiende por hermandad.

lo que pasa es que el gato y yo hemos sobrepasado eso. con el gato, nos hemos vuelto casi simbióticas. la misma persona pero en dos cuerpos. creo que el gato es la persona que más me conoce en el mundo y a la que más conozco también. en mí hay tantos tintes de ella y en ella hay tantos tintes de mí. es la persona con la que más honesta soy, y aunque a veces no sea lo más cómodo ni lo más fácil es a la persona a la que no le puedo decir ninguna mentira, porque vé a través de mí. porque ella ha llegado hasta el otro lado de mí y de alguna forma, me sigue admirando, pero no tanto como yo a ella. es la que está en todas mis historias, porque no las vivió o su opinión es como parte de mi consciencia, parte íntegra de mi narrativa, se ha vuelto parte de mi discurso. creo que la vida nos puso tan cerca porque nos quería ahorrar la buscada, porque no había manera de que no nos encontráramos. en esta y en todas las siguientes. porque no es mi alma gemela, es mi alma.

marzo 23, 2025

mar: ghana-marruecos

12:01 pm