carta a marruecos

fuiste el comienzo del final, no sé cómo mejor decirlo. eso para mi te marcó mucho. te disfruté mucho. tus colores, tus cueros, tus taches, tu gente amable, muy amable. pero me cuestioné muchas cosas al ser turista en tí. porque la gente fue muy amable y ser turista no se sintió especialmente distinto al resto de los países de áfrica en los que estuvimos, pero, por lo que nos contó S y lo que leí en “Hope and other Dangerous Pursuits”, sé que ese no es el caso para tus ciudadanas. sé que las mujeres de tu país sufren mucho por la opresión, la violencia y la injusticia, sé que por las religiones que practican en tu país, religiones que han formado y forjado tu cultura, hace que lo que se espera de las mujeres es injusto, es ilógico, es barbárico y me costó mucho lidiar con esa información mientras veía la indiferencia con la que me trataban a mi por ser turista. 

me costó mucho entender eso y vivir lo que viví. tanta generosidad, tantas sonrisas. me parece muy loco que te reduzcan tanto al desierto cuando eres tanto más, tu cultura, tu arquitectura, tu detalle y atención con todo, pero se me hace más loco aún que con tanto desierto hayas crecido a ser más; que el desierto sea solo una parte de tu identidad. porque creo que como le pasa a países cercanos a tí, es fácil que tanto desierto distraiga, porque el desierto es algo muy serio, a mi parecer. es demasiado enorme. siento que es fácil sentirse diminuto, que lo que uno hace es inútil, es innecesario. entiendo porqué la cultura arabe es tan mística, imposible no serlo con un desierto en medio. creo que eres un país muy complejo. no sé cómo sentirme acerca de tí. amé ser turista, amé viajarte y conocer lo que conocí de ti. pero me genera mucho conflicto tu complejidad, tu misoginia. te disfruté mucho, pero lo pensé mucho y claro que me gustaría volver a verte.

con todo el amor,

poli

mayo 1, 2025

avión: londres - madrid

4:31 pm